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La meditación no es sólo concentrarse

Actualizado: 21 dic 2020

Algunos dicen que hay que meditar 20 o 30 minutos al día, otros incluso meditamos varias horas y aunque podemos aprender a concentrarnos y estar quietos por mucho tiempo, al terminar la práctica enseguida volvemos al piloto automático y nuestra vida sigue siendo un caos. Esto sucede porque no hemos comprendido que la meditación no es sólo concentrarse unos instantes, sino una actitud o forma de ser en la vida.


El problema es que la mayoría de las personas practican la meditación como una actividad que consiste en sentarse en silencio unos minutos usando diferentes técnicas de concentración, sin corregir la vida mecánica y caótica que llevan. Es este descuido tan común el que demerita todos nuestros esfuerzos de vivir una vida plena porque cuando dejamos de autoobservarnos, nuestros pensamientos, deseos, hábitos e impulsos más fuertes nos vuelven a dominar.


Para frenar los impulsos y hábitos que nos conducen hacia la infelicidad y la amargura tenemos que hacer super-esfuerzos con tal de cambiar nuestra manera mecánica de reaccionar ante la vida. Hay que estar atentos para cuando estos hábitos e impulsos aparezcan, de modo que podamos responder conscientemente y elegir una manera más eficiente de actuar, sentir y pensar.


“Todo pensamiento, toda emoción, todo movimiento, todo acto instintivo, todo impulso sexual deben ser auto-observados inmediatamente conforme van surgiendo en nuestra psiquis, cualquier descuido en la atención es suficiente como para caer en el sueño de la Conciencia.” Samael Aun Weor.


Esto significa que, para mantener el estado de conciencia de la meditación tenemos que seguir autoobservándonos antes, durante y después de haber hecho la práctica. De lo contrario, lo único que conseguiremos será una mente que sólo puede estar en calma si estamos sentados en silencio y usando nuestros ejercicios de concentración, en otras palabras, dependencia al contexto de la práctica.


Concentración no es igual a cambio


Un error muy común en los meditadores es creer que porque tenemos años de práctica continua, eso nos hace más conscientes que los demás, cuando en realidad simplemente hemos logrado aquietar la mente unos instantes, pero sin haber transformado nuestro interior. Esto fue muy evidente para mí cuando un maestro me preguntó: ¿Tu práctica interior está construida sobre piedra o sobre paja?


Al reflexionar esta pregunta me di cuenta de que todos mis esfuerzos por meditar horas y horas para concentrarme profundamente y experimentar diferentes tipos de Samadhi habían sido en vano. Cuando algo inesperado o indeseado surgía en mi vida cotidiana, inmediatamente reaccionaba con frustración, ira y a veces llanto. Me di cuenta de que mi práctica interior estaba construida sobre paja y que cualquier movimiento brusco tiraba los débiles cimientos que había cultivado con la concentración.



En ese entonces me di cuenta de que solamente había logrado aquietar mi mente por minutos u horas, pero mi mundo interior seguía siendo un mar de reacciones, impulsos, miedos, deseos, frustraciones, etc. Desde ese entonces dejé de practicar meditación con la finalidad de alcanzar el Samadhi (estados profundos de concentración) y cambié por otro tipo de práctica cuya finalidad es transformar los hábitos inconscientes que nos hacen reaccionar con deseo y aversión: la meditación Vipassana, que se traduce como la observación cabal de la realidad.


“La gente nace, crece, se reproduce, envejece y muere con la conciencia dormida, y nunca sabe de dónde viene ni cuál es el objeto de su propia existencia; lo más grave es que todos creen que están despiertos.” Samael Aun Weor.



El Mindfulness para estar conscientes en la vida cotidiana


La técnica de Vipassana puede ser aprendida en los cursos de 10 días que ofrecen los centros de meditación localizados alrededor del mundo. Debido a la pandemia todos los centros permanecen cerrados, pero una alternativa es comenzar con la práctica cotidiana del Mindfulness.


Mindfulness significa conciencia plena o atención plena y su práctica consiste en aprender a ser conscientes de nuestros pensamientos, emociones y sensaciones corporales en todo momento. Al practicar Mindfulness en nuestra vida cotidiana, estamos conscientes cuando hablamos con alguien, cuando estamos haciendo cualquier actividad e incluso cuando estamos pasando por un momento doloroso.


La genialidad del Mindfulness es que posee un sinfín de ejercicios y técnicas que nos ayudan a entrenar la capacidad de estar atentos en el aquí-ahora. En mis sesiones de Mindfulness hacemos juegos, dinámicas grupales y meditaciones guiadas que nos enseñan no sólo a estar presentes, sino también a entrenar la capacidad de conocer cómo funciona nuestra mente, el cuerpo y las emociones.


Al comprender que la meditación no es una simple actividad, sino una forma de vivir atento y consciente, conocerás más acerca de ti en los diferentes escenarios de tu vida, tendrás la capacidad de elegir cómo quieres responder y, sobre todo, transformarás esos hábitos de dolor y amargura en habilidades para el bienestar propio y de los demás seres.


Te invito a tomar sesiones online de Mindfulness para que consigas una mejor comprensión de tu cuerpo, mente y emociones a través de ejercicios de conciencia plena que puedes incorporar en tu día a día. También puedes inscribirte a mis cursos de Mindfulness y Advaita Vedanta, los cuales he diseñado de manera didáctica para que aprendas a meditar y vivir con amor y sabiduría.


Te envío un fuerte abrazo,

Edgar Acosta.


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