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¿Qué es la conciencia?

Conceptualmente hay una diferencia importante entre Oriente y Occidente al definir qué es la conciencia, ya que en Oriente la conciencia tiene una cualidad metafísica, mientras que en Occidente la conciencia tiene su asiento en el cerebro.


En Occidente algunos científicos argumentan que la conciencia es una función de la mente localizada en el cerebro porque al dañarse estructuras como el tronco cerebral, el córtex singular o la corteza insular, las personas pierden la capacidad de ser conscientes de lo que sucede a su alrededor, es como si les quitaran la capacidad de reconocer y reaccionar a eventos que están ocurriendo.


Por ejemplo, alguien que tiene una lesión en estas zonas podría ver con suficiente distancia que un balón se dirige a él o ella, pero como no lo reconoce, no se mueve y éste le pega. Esa persona no supo qué fue lo que le generó dolor, aunque sus ojos vieron el balón, su mente no lo reconoció como algo que fuera a hacerle daño.


Sin embargo, en Oriente se ha tomado una perspectiva metafísica de la conciencia que puede ser comprobada mediante la meditación o auto-observación minuciosa. Cuando nos auto-observamos inicialmente descubrimos que hay un observador y un observado; hay un pensamiento, una sensación, emoción u objeto observado y un sujeto que lo observa.


Desde este punto de vista podemos decir que la conciencia sería la capacidad cognitiva de saber qué es lo que estamos observando, si es un árbol, una flor, un pétalo o un insecto. Pero también puede haber un saber que se escapa a los conceptos, como cuando sabemos lo que queremos decir, pero no recordamos o no poseemos una palabra para expresarlo.


Eso que nos permite saber y conocer aún si no podemos nombrar lo que percibimos es lo que en Oriente se conoce como conciencia.


Cuando meditamos nuestra percepción dual cambia porque en vez de etiquetar lo que percibimos, simplemente lo miramos con atención y curiosidad, sin juicios ni interpretaciones. Al percibir las cosas sin identificarnos con los conceptos de nuestra mente, podemos ver atisbos de que hay más opciones de cognición además de la relación dual sujeto-objeto.


La Conciencia no-dual


A los estados de conciencia en donde no hay diferenciación entre el observador y lo observado se les conoce como no-dualidad. Explicar cómo es lo no-dualidad resulta complejo porque tenemos pocas experiencias cotidianas en donde ésta se perciba, pero una forma simple de explicarla es como cuando estás profundamente enamorado o enamorada de alguien y al estar con esa persona se difunden los límites entre ambos, dando la sensación de que eres uno con el otro.


Los estados de conciencia son múltiples perspectivas que podemos tomar al observar la realidad, cambian según la actividad cerebral, el tipo de pensamientos, el enfoque de la atención o la energía, la profundidad de la concentración, entre otras cosas. Hay que tener en cuenta que para percibir la no-dualidad, es necesario que la mente esté quieta para que no se generen límites en la percepción, ya que no es posible experimentar la no-dualidad y la dualidad al mismo tiempo; son como dos líneas paralelas que existen, pero jamás se tocan.


La no-dualidad es la percepción de que no hay límites entre nosotros y todo lo que existe.



Según el Advaita Vedanta, la no-dualidad sería como el espacio donde surgen y se sostienen todos los cuerpos celestes del universo; el espacio permanece inmutable aún cuando una estrella muere o una galaxia es devorada por un agujero negro, no sufre modificaciones ni se altera y aún así es la razón de ser de toda la materia. Del mismo modo, la Conciencia no-dual es aquello donde surgen y se sostienen todas nuestras experiencias duales, nuestros pensamientos, las sensaciones del cuerpo, los movimientos sutiles de la energía, las emociones, las acciones, la vida, la muerte... Aún cuando dormimos o estamos "inconscientes" la Conciencia sigue presente porque en Ella se desenvuelven los eventos de todos los individuos existentes.


Desde esta perspectiva, nuestras vidas son como el movimiento de los astros, galaxias, estrellas, etc., mientras que la Conciencia es el espacio en donde ocurre todo el juego de la vida y la muerte. Si mantenemos la mente atenta y en silencio, aunque sea por unos cuantos segundos, podemos darnos cuenta de que hay un espectador detrás de todo lo que percibimos. Esta forma de conocimiento no necesita conceptos, es una cognición sin límites, libre de definiciones, nombres y formas. Cuando nos colocamos en esa perspectiva nos daremos cuenta de que somos la Conciencia que observa.


La importancia de la meditación


Permanecer en ese estado de conciencia es difícil para quien no ha entrenado su mente a través de la meditación o la auto-observación. Cuando la mente está activa es como un narrador que trata de describir e interpretar todo lo que nos sucede, generando así percepciones duales. Pero si silenciamos al narrador a través de la concentración captaremos información que está más allá de la mente y los sentidos.


Para Occidente la conciencia casi siempre está asociada al estado de vigilia, cuando la mente está activa y podemos nombrar, reaccionar e interpretar las cosas que nos suceden, mientras que en Oriente la conciencia es más bien una percepción carente de juicios, etiquetas o interpretaciones de la realidad, es un conocimiento que está más allá de lo que puede definir la mente.


La Conciencia tiene la cualidad de ser continua, permanente e inmutable.


Por otro lado, el Advaita Vedanta propone que la Conciencia tiene una realidad metafísica más profunda, porque Ella es lo que sostiene y da origen a todo lo que existe. Es como un sol autoluminoso y su luz es la causa de que podamos conocer y percibir todas las formas existentes, tanto físicas como metafísicas.


No podemos percibir la luz del sol cuando llega la noche, pero eso no significa que el sol deje de existir, del mismo modo no podemos percibir la Conciencia no-dual mientras percibamos a través de los nombres y formas duales, pero eso no significa que la Conciencia no-dual cambie, desaparezca o deje de existir.


Si quieres aprender la práctica de meditación para percibir la no-dualidad y comprobar esto que escribo puedes tomar el curso MAV o asistir a mis sesiones de meditación Advaita Vedanta.


¡Nos vemos en el próximo blog!


Con cariño,

Edgar.

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